La durabilidad y alta resistencia de la madera la han hecho, a lo largo de toda la historia de la humanidad, un material valioso y altamente apetecido. Sus aplicaciones son innumerables, variando desde el uso como combustible hasta la fabricación de papel, muebles, utensilios, adornos y viviendas. Todo esto es posible gracias a la existencia de una maquinaria carpintería ocasión que permite la maravillosa transformación.
Comprar máquinas de ocasión tiene ventajas asociadas. Estas están relacionadas principalmente con el coste. Siempre serán más baratas que las nuevas. Así, si se trata de un negocio recién inaugurado, permitirán ahorrar dinero mientras se hace capital, prestando el mismo servicio. Y sin riesgo, porque cualquier empresa seria que se dedique a comercializar este rubro garantizará asimismo el buen estado y la funcionalidad de los equipos.
Pero antes de que la madera llegue a la carpintería y sea convertida en cualquier bien aprovechable, necesita ser sometida a varios procesos de transformación. Estas fases son:
- Tala: usando sierras de cadena y motosierras se cortan los tallos de los árboles maderables elegidos, por su base.
- Poda: los árboles talados se limpian de ramas empleando sierras mecánicas.
- Transporte: los troncos se trasladan entonces a las serrerías en un vehículo especializado de carga forestal. Ya sea por rutas terrestres en gandolas o ferrocarril o en barcos por vía fluvial.
- Descortezado: una vez movilizados a la serrería se procede a remover la corteza con cadena de rodillos.
- Tronzado: valiéndose de sierras circulares los troncos descortezados son cortados en secciones longitudinales de distinto tamaño, generalmente de 2.4 a 3 m, según la necesidad y luego aserrados en tablas o tablones de cierta medida.
- Secado: puede ser natural o artificial. En el primer caso las tablas se colocan a la intemperie para que el sol y el ambiente hagan el trabajo. En el segundo, se circula aire caliente entre las piezas ubicadas en el almacén.
- Cepillado: con cepilladoras se remueven las asperezas e irregularidades de cada tablón proporcionándole un cierto acabado y las medidas establecidas.
Y ahora ya están listos los tablones para ir a carpinterías o lugares de construcción donde serán moldeados, según los requerimientos con distintas maquinarias, hasta obtener el producto final, bien sea un lápiz o una puerta y mucho más.