Sin duda, buena parte del éxito de los negocios de hostelería se deben a la presencia de un camarero profesional Barcelona. Contrariamente a lo que mucha gente pudiera pensar, este tipo de trabajo no lo hace cualquiera. Por el contario, solo expertos poseedores de grandes talentos y aptitudes son capaces de hacer una labor excelente.
Un camarero, mozo o mesero es un individuo que cumple la función de atender a la clientela de un local hostelero, sirviendo los alimentos y las bebidas o proporcionando asistencia durante la visita. Por lo general, se encargan de varias mesas en establecimientos importantes o de todas en espacios pequeños.
Características que definen a un camarero profesional
- Formación: un mozo requiere tomar cursos de manipulación de alimentos, tal vez los principios básicos de preparación de los mismos y otros relacionados con el tema; de modo de poder ofrecer un servicio óptimo.
- Observador: la proactividad está muy bien vista. Eso significa que el individuo es capaz de prestar atención, predecir y satisfacer las necesidades de los clientes antes de que estos las manifiesten.
- Personalidad: los comensales desean que su mesero sea agradable y también muy paciente, en pocas palabras que domine el arte de servir. El buen trato es uno de esos aspectos que ayudan a definir a la gente si vuelve o no a un restaurante.
- Prudencia: aunque siempre la expectativa es ver una sonrisa en su rostro, los excesos de confianza no son bienvenidos. Su amabilidad debe enfocarse desde el punto de vista de la sensatez y el respeto.
- Conocimiento: para los usuarios el mesero es la imagen del negocio; por tanto, se espera que conozca los menúes de comidas, bebidas y postres, los ingredientes empleados en la elaboración de los platos y la manera adecuada de informar las alternativas cuando el plato solicitado no se encuentra disponible.
- Habilidades de comunicación: debe ser ágil, pensar rápido y manifestar fluidez verbal. Poseer la capacidad analítica suficiente para aportar ágilmente diferentes soluciones.
Por otro lado, se apunta a que un buen camarero sea tranquilo y con un excepcional manejo de las situaciones de estrés. Estas serán oportunas en las horas de máxima afluencia de los comensales. Finalmente, es necesario que disfrute de su trabajo.