Los automatismos de carácter eléctrico, cuentan con un grupo de componentes y dispositivos encargados de ejecutar la tarea de activar o desactivar automáticamente un aparato. Estos han revolucionado el mundo electrónico e industrial actualmente, gracias a las diferentes funciones que desempeñan.
Son la mejor opción a tener en cuenta para garantizar la vida útil de cualquier automatismo.
Entre los principales elementos que componen estos equipos se encuentran:
- Interruptor: encargados de abrir, cerrar o cambiar el flujo eléctrico de un circuito. Funcionan mediante la colocación de un contacto de carácter físico y eléctrico, moviendo conductores mediante múltiples contactos. Los contactos pueden ser abiertos o cerrados normalmente a través del interruptor, es decir el contacto cerrado normalmente se abre y el abierto se cierra.
- Pulsador: caracterizados por ser de activación manual, su función es la de abrir y cerrar contactos. Según el equipo en el que esté actuando como, por ejemplo, motores y luminarias. Su ejecución puede ser mantenida o momentánea.
- Luz piloto: se emplean normalmente en automatismos para dar a conocer en que condición se encuentra operando el equipo, así como también indican si una tarea del mando se efectuó o no.
Su fabricación incluye múltiples tamaños, formas y colores acondicionados para trabajar en varios voltajes, tanto en corriente alterna como continua.
- Réle: utilizados mundialmente y conocidos como relevadores, son dispositivos eléctricos o electromagnéticos encargados de transmitir corriente eléctrica de un circuito a otro automáticamente. Su funcionamiento se aprovecha para el manejo de circuitos de distintos voltajes en corriente alterna a continua o viceversa.
Se utilizan también para extender las acciones que se llevan a cabo simultáneamente gracias al número de contactos que tienen, trabajan con una bobina que al ser alimentada por energía atrae la armadura, esta va montando los contactos móviles uniendo o separándolos de los fijos.
- Fusible: mundialmente reconocido y utilizado para proteger las líneas que alimentan los automatismos y aparatos eléctricos, provistos de un filamento de aleación, pensado para ser derretido por las fuertes temperaturas que pudieran generarse por el incremento de la corriente eléctrica que fluye por ellos, protegiendo de esta forma miles de circuitos y dispositivos.